Lady Di - 10 años

Solía decir de sí misma que era “tonta”. En la búsqueda del amor, fijó sus ojos en el heredero del trono británico, el príncipe Carlos. Al igual que muchos otros hombres, tampoco él pudo resistirse al encanto de Diana.

Sin embargo, no fue un gran amor el que los llevó el 29 de julio de 1981 ante el altar, entre otras cosas porque el corazón de Carlos ya estaba prendado de Camilla Parker Bowles, quien se convertiría más tarde en su esposa (la que según ella misma, YA VEREIS CUANDO SEA REINA... pobrecita).

De a poco, Diana fue desarrollando su talento inigualable para cautivar a los medios y usarlos para sus propios fines.

“La publicidad era como una droga para ella, y los periodistas la droga y los ‘dealers’ al mismo tiempo”. Sin embargo, detrás de la princesa resplandeciente y fotogénica había una chica vulnerable que padecía bulimia y sufría por su soledad.

Siguió aferrada a este sueño con fuerzas incluso cuando todas las señales indicaban lo contrario y su despiadada guerra conyugal con Carlos ocupaba día a día los titulares de los diarios. Para muchos, Diana era el polo opuesto al duro régimen que lideraba la reina Isabel II, la encarnación de la compasión y la beneficencia.

Gran parte de su vida trabajó por los pobres y enfermos, sin miedo a acercarse a ellos. “Sincera, cálida, encantadora y cariñosa”, dijo alguna vez Jephson sobre la princesa. Y según yo mismo, pues me quedo en que: sabia manejar muy bien la prensa a su favor, hasta que pasó lo que pasó.

“Tenía el don de abrir las emociones de las personas”. El periodista Andrew Marr escribió: “Fue la reina de otro país, de un país multicultural, liberal y emocionalmente abierto”.

Sin embargo, a diez años de su muerte salen a la luz en incontables nuevas biografías cada vez más detalles que no la dejan tan bien parada. A parecer, era una persona ávida de los medios y solapada. Sus hijos Guillermo y Harry siempre rechazaron estas acusaciones.

En el décimo aniversario de su muerte, el 31 de agosto, las imágenes de la princesa de cuento de hadas están más presentes que nunca. Su trágica muerte en un accidente automovilístico en París convirtió a la “princesa de corazones” en un mito.